Si con el anuncio de la nueva línea de créditos PROCREAR se pretende mostrar una solución para el drama de los afectados por los préstamos UVA se está faltando a la verdad, porque lo que se proyecta no arregla la cuestión de raíz.
Desde hace tiempo vengo insistiendo que lo primero que hay que resolver es el congelamiento del capital, porque en el endeudamiento en UVA (Unidades de Valor Adquisitivo) cuya cotización va modificándose todos los días, el tomador del crédito nunca tiene la certeza del monto de su préstamo. El sistema es perverso porque estas unidades de deuda crecen a una velocidad superior al salario y en esa carrera siempre los que pierden son los mismos: los ahorristas.
En el plan que lanzó el gobierno nacional sobre nuevas líneas de crédito hipotecario hasta 30 años, persiste la trampa de la actualización UVA, y aunque se plantee como novedad un “seguro de cobertura de inflación”, que será un nuevo componente de las cuotas, parece que se sigue en la línea de no escuchar a los afectados.
Nos parece bien y venimos pidiendo que se busquen herramientas que remplacen la opción de extensión del plazo del crédito tal como lo habilita la ley actual, pero este mecanismo se parece más a un anuncio de campaña que a una solución responsable e integral del tema.
Nadie puede tener confianza de que con un seguro se vaya a resolver la situación y que las aseguradoras puedan asumir fácticamente los mayores costos de las cuotas por la inflación, teniendo en cuenta la realidad económica y las proyecciones totalmente desalentadoras.
Para peor el anuncio involucra solamente a la banca oficial: los bancos Nación, Provincia de Buenos Aires y Ciudad de Buenos Aires. Aquí vemos que otra vez se abandona a gran parte de los tomadores de créditos que como en el caso de mi provincia se endeudaron con la banca privada y a la mayoría ellos ni siquiera se les permitió elegir la entidad.
Este anuncio se acerca al programa que puso en marcha la gobernadora María Eugenia Vidal, que si bien plantea soluciones para los ahorristas de su provincia, no resuelve el problema de fondo que es el capital que nunca dejará de crecer, y condena a los tomadores a vivir sin la certeza de cuánto dinero deben. Por otra parte, destaco que el plan bonaerense se limita únicamente a la época electoral, lo cual también dice mucho.
Es por eso que vuelvo a reclamar que el Congreso tiene que tratar los proyectos de Ley que están presentados y que siguen trabados por el oficialismo que no se digna a convocar a trabajar a las comisiones de presupuesto y de finanzas. Esta imposibilidad de debatir los temas en el Parlamento Nacional y legislar como corresponde y para todos, es una vergüenza que daña a la democracia.
Es así que reitero mi mensaje a la política de todos los sectores, porque hay que hacerse cargo. Es urgente dar respuestas al desastre humano que se está provocando en las familias que creyeron que podían alcanzar la dignidad de una vivienda propia, y que por la impericia económica del gobierno hoy son víctimas de un sistema que tiene características de usura.
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